Por Manueko (Manuel Villar O.)
Al ver por primera vez el exterior de la Mezquita Azul, lo que más nos llamara la atención es su enorme cúpula de 43 metros y los 6 minaretes, siendo esta mezquita la única de Estambul con 6 minaretes. Para acceder al interior, tendremos que desplazarnos según seamos o no creyentes del islam, hasta la entrada de los no creyentes o hasta la entrada de personas creyentes. La entrada de los creyentes se ubica en el hermoso patio central con el que cuenta esta mezquita, mientras que la entrada de los no creyentes se ubica en uno de los laterales de la mezquita. Tras aguardar la cola para acceder por la entrada de los no creyentes (es recomendable ir pronto a visitar la mezquita ya que luego se producen grandes conglomeraciones sobre todo por las excursiones organizadas), podremos acceder al interior de la mezquita. Eso sí, cumpliendo antes una serie de normas. Como veremos en maniquíes y carteles expuestos, los hombres deben descalzarse y llevar sus zapatos en una bolsa de plástico y vestirán pantalones largos y no bermudas. Por otra parte las mujeres deben también descalzarse, cubrirse con un pañuelo la cabeza y los hombros (es recomendable que las mujeres al viajar a Estambul se lleven un pañuelo ya que para acceder a las mezquitas es necesario su uso, aunque en muchos sitios sí que suelen prestarlo, pero es preferible tener el suyo propio) y no vestir faldas cortas sino largas ya que si consideran que la falda es corta y se ven demasiado las piernas, pueden dar un pañuelo o tela para que se cubran. Todo este proceso lo haremos en una zona habilitada donde nos proporcionaran bolsas de platico y pañuelos en caso de que fuese necesario. Tras cumplir estas normas de vestimenta y tras llevarnos con nosotros nuestros zapatos en la bolsita de plástico, por fin accederemos al interior de la mezquita.
El interior de la mezquita es impresionante, grandioso y maravilloso. 260 ventanas y unas enormes lámparas de araña que cuelgan del techo, iluminan los 21043 azulejos de tono azulado que recubren las cúpulas y resto del interior de la mezquita. Unas enormes alfombras rojas recubren el suelo. Podemos sentarnos en estas alfombras para ver con más detenimiento el hermoso espectáculo que se alza ante nuestros ojos. Las personas no creyentes no podremos vagar libremente por el interior de la mezquita, sino que nos tendremos que acoger a las zonas delimitadas para los no creyentes. Numerosas personas creyentes se dan cita rezando en pequeños grupos, en ocasiones conducidos por el imán.
şadırvan Tras la visita al interior de la mezquita podemos dar una vuelta a esta observando sus magnificas proporciones y sus hermosas cúpulas y semicupulas. La visita al patio central de la mezquita también es interesante. Este patio tiene forma hexagonal y en su centro se alza una fuente de abluciones (en turco ), la cual sirve para que los fieles se laven los pies antes de entrar a la mezquita. Tras dar una vuelta al patio daremos por finalizada la visita a la Mezquita Azul.
n cuanto a mi experiencia personal he de confesar que, como habéis podido observar, la Mezquita Azul me gustó bastante; la visité en tres ocasiones durante mi estancia en Estambul.
Por último, es interesante señalar que la entrada a la Mezquita Azul es gratuita como lo suele ser en el resto de mezquitas, exceptuando Santa Sofía que al ser actualmente museo si se cobra entrada.
En conclusión, si viajas a Estambul es obligatorio la visita a este templo ya que tras haber visitado varias mezquitas, esta es, en mi opinión, la más bonita junto a la de Santa Sofia (Santa Sofia está cerrada al culto por lo que actualmente no se la considera como mezquita, sino como museo). Ahora bien ePor último, es interesante señalar que la entrada a la Mezquita Azul es gratuita como lo suele ser en el resto de mezquitas, exceptuando Santa Sofía que al ser actualmente museo si se cobra entrada.