Por Inés Heras Pozas
“El hambre, dijo una vez el poeta, es la cosa más importante que conocemos, la primera lección que aprendemos. Pero el hambre puede calmarse fácilmente, saciarse fácilmente. Hay otra fuerza, otro tipo de hambre, una s ed que no se sacia y que no puede extinguirse. Su propia existencia es lo que nos define, lo que nos hace humanos. Esa fuerza es el amor.”
Empieza con un discurso profundo, en el cual se observa una analogía que va desde el hambre hasta el amor; el hambre se sacia, el amor no. Dichas palabras serán más comprendidas a lo largo del transcurso de la historia, y además estas siguen a lo largo del capítulo:
“Verás, el amor es la única fuerza que no puede ser explicada, la que no puede ser descompuesta por un proceso químico. Es el faro que nos guía de vuelta a casa cuando no hay nadie ahí, y la luz que ilumina nuestra pérdida. Su ausencia nos roba todo el placer de nuestra capacidad de disfrutar. Hace nuestras noches más oscuras, y nuestros días más sombríos. Pero cuando encontramos el amor, no importa lo mal, lo triste o terrible que sea, nos aferramos a él, nos da fuerzas, nos mantiene erguidos. Se alimenta de nosotros, y nosotros de él…”.
Y así acaba el discurso:
“El amor es nuestra bendición… El amor es nuestra perdición.”
Cualquiera diría tras leer o escuchar estas poéticas palabras que se trate de una serie de terror y de suspense, que te hace saltar de la silla, del sofá, del sillón, de la cama o de dónde estés. The Strain llevada a la televisión por el mismísimo Guillermo del Toro, y por Chuck Hogan; los propios creadores de la historia que se contó allá por el 2009 en la novela Nocturna, a la que siguen dos más: Oscura y Eterna.
Una historia de ciencia ficción que parece propia del mundo real y además the Strain nos trae una nueva concepción de los vampiros, los vampiros como una auténtica criatura monstruosa (que se mueve por el amor, pero no por un amor romántico sino por un amor que ata y destroza). Llamemoslos strigois en vez de vampiros, para acabar con ese lado rosa y repugnante que está tan de moda en estos días que nos recuerda a todos la crepuscular palabra vampiro.
Para más información: http://www.filmaffinity.com/es/film863644.html
Sólo seis capítulos estrenados, ¡aún estás a tiempo de engancharte antes de que termine el verano!
La primera temporada tiene 13 capítulos de 45 minutos de duración (a excepción del piloto, de 70 minutos) y esperemos que esta sea renovada y podamos disfrutar de la adaptación de los dos últimos tomos de la trilogía, y sino siempre nos quedará París (digo las novelas de Guilermo y Chuck).
La primera temporada tiene 13 capítulos de 45 minutos de duración (a excepción del piloto, de 70 minutos) y esperemos que esta sea renovada y podamos disfrutar de la adaptación de los dos últimos tomos de la trilogía, y sino siempre nos quedará París (digo las novelas de Guilermo y Chuck).